Optimus Princeps
Gran parte del mérito de la edad de oro del Imperio Romano durante el siglo II d.C. se le debe al emperador Trajano, optimus princeps, el cual ha sido uno de los emperadores más populares de la historia de Roma.
Este emperador destacó por su gran sabiduría al gobernar, llevando al Imperio Romano a su máxima expresión y expansión por medio de un brillante funcionamiento del Cursus Honorum y un programa de reformas sociales y obras públicas.
Dirigió diversas campañas militares de gran éxito para extender los límites del Imperio, así como obras públicas en recuerdo a su prosperidad y gloria. Debido a todas estas cualidades, recibió el título de “Trajano: Optimus Princeps”, es decir, “Trajano: Príncipe perfecto”.
Marco Ulpio Trajano: Optimus Princeps
Dentro de los emperadores del Imperio Romano conocidos por su grandeza, Marco Ulpio Trajano es el emperador que dirigió al Alto Imperio a una situación de esplendor. Nació en el año 53 d.C. en Itálica, en la provincia Baetica, en el seno de una familia sin tradición senational.
Su padre, Marco Ulpio Trajano, fue el primer político de la Gents Ulpia en acceder al senado romano. La Gens en la antigua Roma era el conjunto de familias que descendía de un antepasado común y recibían el mismo nombre.
¿Cómo fue su ascenso al poder?
Tito Flavio Domiciano, conocido como Domiciano, fue un emperador del Imperio Romano desde el año 81 d.C. hasta el año 96 d.C. En ese momento Trajano era gobernador de la provincia Germania Superior al mando de tres legiones.
Tras el asesinato de Domiciano, el senado romano decide elegir a un individuo experimentado para evitar conflictos civiles. De esta forma, sube al poder Marco Coceyo Nerva, un gobernante experimentado en política.
No obstante, el emperador Nerva era un anciano sin descendencia, por lo que antes de su fallecimiento, el 27 de enero del año 98 d. C., adoptó como hijo a Marco Ulpio Trajano, que le sucedió como emperador.
Trajano era un hombre de 44 años con experiencia en el gobierno de provincias y ejércitos. Dicha experiencia llevó al Imperio Romano a su máxima esplendor en sus casi dos décadas de reinado.
El mejor gobernante: Trajano, Optimus Princeps
La sucesión de Trajano, optimus princeps, al poder se produjo sin derramamiento de sangre ni incidentes, en otras palabras, su ascenso se recibió con mucho entusiasmo por muchos sectores del Imperio Romano.
Debido a su formación militar, se trataba de un hombre prudente y precavido, que contrastaba con el carácter dictatorial y paranoico de Domiciano. En sus acciones, supo ejercer su poder preocupándose por el bien de pueblo y del Estado, actuando de forma ejemplar de acuerdo a los valores romanos tradicionales.
Sus primeras acciones fueron encaminadas a ganarse el favor y el respeto de los tres pilares esenciales para la estabilidad de un emperador:
- La estima del pueblo.
- La lealtad y fidelidad del ejército.
- El apoyo y la aprobación del Senado.
Trajano, optimus princeps, recibió este apodo, por ser un emperador célebre por su sentido de la justicia y su disposición a atender las demandas de sus súbditos. Asimismo, durante su mandato demostró una gran tolerancia hacia las minorías, sin perder la autoridad ante cualquier desafío a Roma.
Esta combinación entre resolución y prudencia, mano dura y disposición, fue la razón de su gran popularidad entre el pueblo y los senadores. Por este motivo, en el año 114, el Senado le concedió el título de Trajano, optimus princeps, el príncipe perfecto o el mejor gobernante.
Máxima extensión del Imperio Romano
En los años siguientes a la subida al poder de Trajano, optimus princeps, se siguieron ampliando las fronteras en Oriente y se alcanzó una época de paz en la que Trajano se focalizó en realizar reformas en todos los ámbitos y en mejorar la administración del Imperio para reducir las desigualdades entre ricos y pobres:
- Decretó leyes para defender a los pequeños propietarios ante los latifundistas.
- Aceleró el funcionamiento de la administración y la justicia.
- Estableció fondos públicos para préstamos.
- Inició la puesta en marcha del Institutio Alimentaria, un programa de educación y alimentos para los niños huérfanos a causa de la guerra o de las clases más desfavorecidas.
Marco Ulpio Trajano: muerte
En el año 117, durante la campaña parte, Trajano no pudo continuar dirigiendo a su ejército, debido a que su estado de salud se estaba deteriorando rápidamente. Por esa razón, partió de nuevo hacia Italia, dejando a cargo de los ejércitos en Siria a Adriano, futuro emperador.
Nunca volvió a ver Roma, ya que falleció la madrugada del 9 de agosto del año 117 d. C. en la ciudad de Selinunte (Asia Menor), la cual fue rebautizada, en su honor, como Trajanópolis.
Viendo su final cerca, Trajano adoptó a Publio Elio Adriano, el único pariente con suficiente experiencia militar y política para conservar todo lo que había conseguido. No obstante, Adriano tuvo que hacer sacrificios en el poder.
Sus cenizas fueron trasladadas en una urna hasta Roma y depositadas bajo la Columna Trajana, el monumento que representaba la vida del emperador guerrero Trajano.
Una prueba de la admiración que había despertado Trajano, optimus princeps, es que, para autorizar la colocación de la urna, se derogó la norma que prohibía los entierros dentro de los muros de la ciudad, vigente desde el nacimiento de Roma.
El legado de Trajano, optimus princeps, permitió a Adriano vivir un reinado próspero y pacífico.
En definitiva, Trajano fue un emperador que supo mantener la armonía y unión con el senado, consiguió la fama y gloria en sus estrategias militares y en términos gubernativos y administrativos supuso un punto de inflexión en la historia de Roma.
Gracias al reinado de Trajano, optimus princeps, Roma ya no fue la que era.